Chantal Pitarch empezó con el deporte desde muy pequeñita, llegando a ser jugadora profesional de squash. Cuando tuvo que colgar la raqueta no terminó su etapa como deportista, encontró su nuevo amor en el triatlón. El 21 de mayo de 2023, tras tres días de pruebas, pudo decir que es la primera mujer en finalizar el Ultraman KOA 515, que consta de 10 km de natación, 420 km en bicicleta y 84 km corriendo (que equivale a dos maratones).
Le hemos podido hacer una entrevista a la deportista vila-realense, donde nos cuenta como ha sido la experiencia de poder participar y superar esta prueba.
¿Cómo empezó tu pasión por el deporte?
Empecé muy pequeñita. El primer recuerdo, aunque yo no soy consciente pero tengo fotos, de la primera toma de contacto con el deporte es cuando todavía no sabía caminar y ya estaba plantada encima de unos esquís. Entonces, esto viene de familia.
En mi familia no han sido deportistas como tal, pero si personas muy activas. Mi madre practicaba aeróbic, iba al gimnasio, el típico step de aquella época de los 80 y 90…Mi padre jugaba a squash…Yo practicaba gimnasia rítmica de pequeña, luego empecé con el squash y ha sido mi deporte, al que me he dedicado de manera profesional desde los 6 años hasta los 26. En alguna época de esos 20 años lo he compaginado con algún otro deporte.
Cuando estuve en la universidad también practiqué rugby, cuando iba al colegio, que iba a Penyeta Roja, también practicaba atletismo…pero el squash era la guía hasta los 26 años, que fue cuando colgué la raqueta porque no era compatible ir a mundiales y europeos con la selección y el trabajo. Me dediqué a correr e ir al gimnasio y de ahí triatlón y hasta llegar a hacer un Ultraman.
¿No echas de menos jugar al squash?
Fueron muchos años, me dio mucho, pero sé que colgué la raqueta, pasé página y hasta ahí.
¿Por qué llegando a profesional se incompatibiliza con el trabajo? No se puede vivir del squash aunque tú estabas a nivel top.
Aquí en España, ahora puede que sí. Hay jugadores aquí en España que más o menos sí; tienen más becas y ayudas, está el Proyecto Mujer, las federaciones a nivel femenino están promoviéndolo mucho más y están dando más ayudas y más soporte. Pero lo mío fue hace diez años, que las redes sociales no generaban ese impacto, se usaba Facebook y punto. No había mucho apoyo porque si no es un deporte olímpico, las becas las subvenciones, las ayudas…son mínimas. Aquí en España, no se podía vivir del squash. Yo estaba trabajando, y lo que me iba a dar de comer el día de mañana sería el trabajo. Por eso, decidí colgar la raqueta.
Es una locura hacer un Ultraman…
Pues para mí…tan normal… (entre risas) porque creo que todavía no soy consistente. Hay varios ultramanes alrededor del mundo, pero es una prueba que se lleva haciendo aquí en Valencia 4 o 5 años y he sido la primera en querer enfrentarme a esta distancia, y luego superarla. Porque no solo es enfrentarte, sino que es entrar en tiempo de corte todos los días.
La verdad es que yo me encuentro muy feliz y satisfecha.
Y has dicho que cuando estudiabas, compaginabas deporte con estudios, ¿tus estudios también van muy ligados a todo lo que es el deporte?
Si, yo estudié toda la educación secundaria en Penyeta Roja y luego a nivel universitario y profesional estudié INEF, Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, y profesora de educación física. He estado muchos años dedicándome al entrenamiento, preparación física y readaptación de lesiones, y ahora estoy en un colegio de profesora. Pero también lo compagino, a parte de mis entrenamientos, entrenando a niños en la escuela de triatlón. Así que todo deporte.
Tu vida ha sido el deporte, incluso a nivel personal, no solo profesional, y eso debe haberte influenciado en tu forma de ser ¿Qué crees que es lo que más te ha aportado el deporte?
Pues sobre todo los valores a nivel de personal, el tema de sacrificio, disciplina, superación, esfuerzo…todo eso. No solo a nivel deportivo, también en las otras áreas de mi vida. Por ejemplo, en el trabajo soy super disciplinada, lo tengo todo al día, no se me puede pasar nada…contestando los correos electrónicos y demás soy super disciplinada, y me gusta hacer las cosas bien hechas. Ya que lo hacemos, lo hacemos bien.
También es algo que tus alumnos, supongo que verán…
Espero que ese modelo que ven en mi o ese estilo de vida, de comportamiento, les haga mella porque al final los niños lo que aprenden no es lo que tú les explicas, es lo que ven, el modelo que tienen delante. Entonces, espero que algo deje.
¿Cuándo se te ocurre decir “yo me apunto a esta prueba”?
A ver, esta prueba, la 515 (que se llama así porque son 515 km), lleva más ediciones siendo 257, que es la mitad, medio ultraman. La edición más corta yo ya la he hecho 3 años.
Después del KOA 257 del año pasado, seria sobre junio, le envié un email al organizador de la prueba agradeciéndole el fin de semana y el trato de todo lo bien que había ido la prueba, y le dejé una postdata con la boca pequeña de “en 2023 tendrás a la primera mujer en el 515”. Y ahí se quedó. Pero yo ya tenía la idea.
El 1 de octubre, cuando abrieron inscripciones, de golpe y porrazo me inscribí a las 2, a la corta y a la larga. Hay un mes de separación entre ambas y la corta te puede servir de entrenamiento o toma de contacto para la larga.
¿Cómo ha sido el proceso? Desde que dices “me apunto y estoy dentro” al día de la prueba y tener que terminarlo. ¿Cómo lo preparas?
Yo soy una persona que cuando se te mete una cosa en la cabeza, voy con todo. Entonces me inscribí en octubre, eso fue el momento de dejarlo por escrito, corroborado. Pero yo, desde septiembre o así había empezado a entrenar con la mente fija en el 20 de mayo.
Yo era consciente de que iban a ser meses duros, en invierno iban a ser meses de mucho madrugón (más de lo que madrugo) muchas horas de entrenamiento sola, con frío, de estar cansada …pero sorprendentemente no. Han sido días de mucho madrugón, de pasar mucho frio, muchas horas de entrenamiento sola…pero lo he disfrutado tanto y me lo he pasado tan bien que en ningún momento he tenido el pensamiento o debilidad de decir “ no puedo” o “¿quién me manda meterme en esto?”. La verdad que lo he mantenido con mucha ilusión y con muchísimas ganas, super centrada en lo que es esta prueba, porque una prueba de larga distancia lo que requiere es estar súper centrado.
¿Y cómo viviste el día de la prueba?
Estaba nerviosa (entre risas). Encima éramos 5 participantes y yo la única chica.
Lo que tiene de bueno esta prueba es que cuando te inscribes en esta prueba, tienes un número de dorsal, y si te vas inscribiendo los siguientes años sigues manteniendo el mismo número de dorsal, yo llevo el número 46 ya 3 años.
Como era el dorsal más bajito, fui la primera en salir. Abría yo carrera, tenía que empezar yo nadando, y las salidas eran cada 30 segundos. El mar estaba fatal, había mucho oleaje por la tormenta de la noche anterior y era una odisea. Entrar y salir con las olas, era difícil. Tuve un momento, no de crisis, pero sí de pensar que no podía entrar porque la ola no me dejaba, no podía atravesar la barrera de olas. Pero bueno, con calma. Los nervios son los primero 500 metros, cuando te metes en materia se te va todo y sigues para adelante.
¿Y las otras pruebas cómo fueron?
La bici el primer día es bastante fácil. Son 150 km que son bastante llevaderos, los hice en 6 horas. Lo que sí es complicado es el segundo día porque son 280 km, pero con 3600 de desnivel acumulado positivo: hay mucho desnivel, subes muchos puertos. Ahí tenía mucho miedo de no entrar en el corte, porque tenemos 12 horas cada día.
El primer día es muy fácil pasarlo a no ser que seas muy mal nadador o te entre ansiedad y tengas que parar en la natación y pierdas mucho tiempo. Yo la natación la hice en 3 horas y la bici en 6, me sobraron 3 horas. Pero el segundo día es muy apurado porque son muchos kilómetros, mucho desnivel, muchas horas, y al final la cabeza te puede jugar una mala pasada, el estómago se te puede cerrar de estar comiendo siempre geles, barritas…te puede sentar cualquier cosa mal o tener una avería que te tenga parado 15, 20 o 30 minutos. Y se te va.
Entonces, el segundo día iba con mucho respeto porque no sabía si podía superarlo. Pero me sobró media hora y todo. Y nos calló un diluvio… el peor fin de semana de mayo nos tocó.
Todo esto, con lesión incluida, a correr…
Sí, y luego los 84 km corriendo que es lo que equivale a dos maratones seguidas. Yo me plantaba a la línea de salida sin estrategia alguna. Me lesioné de un dedo del pie el 28 de marzo.
Creíamos que era una inflamación y dejé de correr 15 días, no se iba la inflamación y me hice una resonancia. Era una fractura del dedo. Entonces, de las últimas cincos semanas, 3 fueron con muletas sin apoyar y las dos últimas fueron con semicarga.
Entonces me planté en la línea de salida, sin haber corrido en dos meses y habiendo ido con muletas, sin saber si podía correr 84 km porque yo no había corrido más de 42km, y tenía que correr el doble sin saber cómo se hacía. Así que arranqué, corrí y ya gestionaría la carrera mientras el pie aguantara. Si empezaba a petar por otras partes porque eran dos meses sin correr, ya lo gestionaría. Además, dos maratones en 12 horas dan tiempo de sobra, sabía que iba con tiempo de margen, por eso no me preocupaba en exceso. Pero no quería acabar con otras lesiones en el cuerpo, lo quería acabar bien.
Acabé super bien, sin agujetas ni nada. Tengo un video de otros compañeros que, ese mismo día, bajan las escaleras de ducharse ya apoyándose en la barandilla de las escaleras dando saltitos porque no pueden flexionar, y uno le dice a otro “Chantal ha bajado saltando, pero como un día normal…” porque me encontraba súper bien. Yo creo que las endorfinas y todo las tenía por las nubes. Pero sin duda, todo el trabajo que había hecho de fuerza durante esos 2 meses fue la clave.
Supongo que repetirás
Por supuesto, ya le he dicho al organizador que el año que viene vuelvo de cabeza porque me lo pasé tan bien. Es muy bonito.
Nos has dicho que tu estrategia pensada para correr no sirvió por la lesión
Sí porque mientras estaba entrenando la carrera, o en los entretenimientos que hacía de tirada larga los fines de semana, pensaba “puedo correr 50-40 minutos y camino 2 o 3 minutos mientras bebo y me avituallo, más o menos”. Esa era la técnica. Pero después de dos meses sin correr no sabía lo que me iba a aguantar el pie o el resto del cuerpo, así que tiré hacia adelante.
Otra cosa que has dicho es que, por ejemplo, el segundo día estuviste 11 horas y media. ¿Cómo se hace con la comida? ¿Cómo te preparas?
La nutrición en estas pruebas de larga distancia se entrena. Se tiene que entrenar muy bien el intestino y que absorba los hidratos de carbono y mucha cantidad. Durante todo el año, los sábados tenía tiradas largas de 6, 7 u 8 horas y ahí metíamos mucha comida para que el estómago se acostumbrase a digerir y asimilarla toda. Eso se entrena.
A mí lo que me pasó es que me llovió del kilómetro 175 al 200, me jarreó durante 25 km. Cuando dejó de llover yo llevaba ropa de cambió en el coche. Con mi equipo, paré para cambiarme y, esa mañana, había metido en la caja de la alimentación un trozo de tortilla de patata que había hecho mi madre. Cuando me cambié les dije que me dieran ese trozo de tortilla de patata y me dio la vida porque estaba harta de geles, barritas, sándwiches de mermelada…porque vas tirando todo de sándwiches, pero dulce como de Nocilla o mermelada, barrita de gominola…y ese trozo de tortilla de mi madre fue…la gloria.
Sobre el equipo que te acompañaba, supongo que eso se prepara o se coordina
Sí sí, en estas pruebas de ultra distancia te obligan a ir con un equipo de apoyo porque es en autosuficiencia. La organización solo pone avituallamiento pre y post pero no durante el circuito, es tráfico abierto y entonces en el coche del equipo de apoyo lo llevas todo. Material de recambio, comida, ropa…y esto son cosas que tienes que coordinar. Entrenar no pudimos porque el equipo de apoyo que yo llevaba, uno es de Tarragona y el otro de Málaga, así que imposible. Pero son muy buenos amigos que han hecho ultramanes, hacen ultra distancia, y desde que les dije que me había inscrito me dijeron que ellos conmigo.
La verdad es que esto se lo voy a agradecer toda la vida. No hay vida suficiente para agradecerles todo el apoyo que me han dado, todo lo que han estado pendientes de mí, todo lo que me han aconsejado…porque al final son dos chicos que tienen varias pruebas de ultraman en su cuerpo y saben cómo gestionar estas distancias.
Y me llevaron en volandas, no me hizo falta nada. Yo sabía que sería así, les di libro de ruta y donde más o menos tenía que comer y cada cosa. Ellos iban parando, me iban metiendo la comida en el mallot, me iban cambiando los bidones. Yo no paré de pedalear en ningún momento, más que cuando tuve que cambiarme de ropa. Espectacular.
Es una prueba donde los necesitas, porque sin ellos no eres nada. Al final crea mucho vínculo, crea una familia. Y si ellos me dicen que quieren hacer alguna prueba y necesitan un equipo de apoyo, de cabeza y sin pensarlo voy.
Has mencionado que ahora estás con niños tanto en el colegio como en el club de triatlón, pero antes con entrenamientos con gente más adulta ¿has notado diferencia de como los niños y las personas más mayores entienden el deporte? Tú que has estado en las dos situaciones
Si porque los niños lo entienden más como diversión, pasárselo bien, estar con los amigos, pasar un tiempo de disfrute. Y los adultos lo entienden más como salud, cuidarse, mejorar su condición física y salud. Son dos ramas totalmente diferentes.
¿Y tú como lo entiendes?
Yo me cuido mucho y también lo disfruto. Sé que hacer estas distancias no son saludables porque sometes al cuerpo a un estrés fisiológico muy fuerte, pero hago todo lo posible por cuidarme y que me pase la menos factura posible. Además de disfrutarlo, no lo hago obligada. Las endorfinas están ahí.
Y a los niños, para que sigan con el deporte ¿qué les dirías? ¿cómo les motivarías para que no lo dejen cuando empiecen a hacerse mayores?
Que al final el deporte es una vía de escape, es parte de nosotros como seres humanos. Somos seres que estamos hechos para el movimiento y que es naturaleza nuestra. Si no lo hacen por salud, que lo hagan por disfrutar y generar todas las hormonas de satisfacción y bienestar que tanto bien nos hacen. Da igual el deporte que practiquen.
Lo que tienen que hacer es disfrutar y moverse. No hace falta ser el crack mundial, sino que lo tienen que hacer por ellos mismos, por su satisfacción personal, su superación y por su bienestar.